Y ahora ¿ qué hacemos con todo esto? ( Red XXI)
Esta pregunta, llena de incertidumbre, desasosiego y no exenta, en ocasiones, de cierto rechazo, es la habitual que se nos plantea cuando el aula ha sido plenamente dotada para la ejecución del Programa Red XXI. El aula, como espacio físico, experimenta un cambio irreconocible si viajáramos en el tiempo tan solo 5 años: pizarras digitales, armarios con puntos wi-fi, miniportátiles. Solo ese cambio de configuración es motivo suficiente para generar una expectativa que me hará crecer y evolucionar profesionalmente hacia la escuela del Siglo XXI, porque, si alguien todavía no se había dado cuenta, estamos desde hace 10 años en el Siglo XXI. La sociedad en la cual estamos inmersos ha experimentado una auténtica revolución tecnológica en los últimos años que ha cambiado nuestra forma de vivir, de relacionarnos, de trabajar, de acceder a la información inmediata. Es por tanto la misma sociedad quien va a exigir a la Escuela la actualización continua de estas nuevas herramientas. Y esta es la palabra importante: herramientas. Las herramientas ayudan, facilitan y perfeccionan pero son solo eso; herramientas. Es el medio, no el fin.
Las tecnologías no cambian la manera de enseñar pero pueden ayudar a introducir nuevas metodologías y entornos. El cliché de cuaderno, ficha, libro de texto y bolígrafo que se expone como motivo de confrontación con los nuevos entornos se desmorona por sí solo pues también son herramientas, analógicas, pero herramientas al fin y al cabo. Las clases magistrales que se apoyan en la exposición de contenidos unidireccionales y evaluados en la repetición más o menos fiel de los mismos por parte de los alumnos, es la más usada y no por ello la más efectiva. Si no, reflexionemos sobre los datos del fracaso escolar. Tampoco debe confundirse el concepto lúdico de la enseñanza, que tanto liga con la utilización de las TIC, con la risa, el circo, lo liviano o un “me lo paso guay”. Gestionar los contenidos, buscarlos, trabajar en grupo, crear comunidades de conocimiento físicos y virtuales, exponer en público, enseñar al resto de compañeros y, sobre todo, centrar seriamente el currículo en función de competencias, capacidades para atender la diversidad y contenidos coherentes, profundos y reales son aspectos que también pueden trabajarse con la utilización de las TIC. Y ahora que tenemos el aula digitalizada con RED XXI ¿a qué esperamos?
Este artículo corresponde al Boletín N 5 de Aloestedigital
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